Desde la neurociencia, y en coincidencia con la psicología, un cumpleaños puede verse como un hito que impulsa la autoevaluación, la reflexión y el establecimiento de metas, similar a una "actualización de software" para la autoevaluación, activando un proceso de balance de vida. Se puede aprovechar este momento para fortalecer la resiliencia emocional y aumentar la actividad en regiones cerebrales asociadas con la felicidad y el bienestar.